sábado, 2 de agosto de 2014

A un censor de poesías agrupado.

No soy poeta que no cause la censura,
me agrada remover con mis palabras...
las justas para que la razón pura
se destroce por sonar como las cabras.

Un carajo, un mojón,un absoluto,
una puta, un maricón... !uy! !uy! que miedo...
tes quiere i ya mamón de negro luto...
lo más que me permites es un pedo?

haré poesía de la que te gusta
por el ridículo que impones en tu norma
y porque veas zagal que no me asusta
y sé ceñirme en cada instante a cada horma.

Haré poemas de ranitas encantadas,
de príncipe capullo enamorado
de noches de pajillas ocultadas
cuando tu amada no te ha amado.

Eres más tonto que pelar cebollas
por intentar modificar una poesía,
Después de aquella jueza tonta pollas
no he visto idiota igual en toa mi vía.

En un precioso girasol había un insecto
que no sabía ni su categoría,
con cara de zángano circunspecto
dogmatizaba, imbécil, sobre la poesía.

Rosas de rojo carmesí de terciopelo,
mil mariposas con alas de colores,
las nubes de algodón pasean por el cielo
Oh gilipollas estoy sufriendo mal de amores....

Tu eres sanguijuela yo hormiguita,
me enfado si me quitas la casita,
si me robas la paguita
pa comprarte las braguitas
que luego un cabrón te quita.

Un estilo sencillito
de poesía mu tontito
pa niño mu chiquetito
y con poco cerebrito.

Te gusta así amiguito?
espero que seas feliz
como un tonto
en tu grupito.

Adela sencilla modesta. tendencia supernani.

1 comentario:

  1. Yo siempre me he impuesto una determinada autocensura. Lo hago como experimento, ya que intento patinar por la línea fina que hace de borde entre ordinario ( como popular, corriente y habitual) y lo soez. Por ponerte un ejemplo, el recientemente fallecido Javier Krahe, bordaba con sutil maestría ese equilibrio. Ahora, que, por supuesto, una cosa es la censura propia y otra es la que cualquier "meapilas" quiera imponerte.

    ResponderEliminar