viernes, 31 de mayo de 2013

Ayer escribí otra canción, antes escribía poemas, pero ahora todo tiene música la estructura se conforma en intervalos cadentes que configuran una canción, a veces con estribillo, otras seguidas como una milonga pampera y de vez en cuando con locuras sin tema que avalan una absoluta libertad de composición.

Cu
ando se escribe sin normas suelen aparecer ideas inconscientes, la escritura sistemática suele llevarnos a disloques dialécticos como un cuadro abstracto.
Ahora pienso en introducción, desarrollo, estribillo y final. Pero sale como quiere o puede. No hay temática más que lo que mi coco piensa, a veces con esfuerzo y optras sin él se forma de la nada una canción y entonces me da risa. Y pienso en los sesudos artistas victimistas que consideran un esfuerzo el crear una canción o un cuadro cuando no es más que un placer, un exquisito placer que nos permite jugar con los sonidos, nuestra voz y los intrumentos que hoy en día son infinidad y de fácil acceso. Con falutas y tambores también se baila.
Hoy en día la complejidad musical y la maquinaria envuelve la creación de modo y manera que un texto simple con una melodía simple puede arrastrar como un flautista de hamelin a millones de mentes del planeta.
A pesar de todo la mejoría en innegable, la creatividad está al orden del día y los conceptos musicales evolucionan a diario, nacen tendencias y ritmos, modos y estilos, clasificaciones y exposiciones virtuales, la música se ha convertido en un negocio con un poquito de arte.
Así que ahora compongo canciones, hace ya varios años que compongo canciones además de escribir poesía.

Y ahora toca musicar el texto de ayer, montarlo en video y ponerlo en you tube, un trabajo cotidiano desde hace años y divertido.

A por ello.

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